Faltan días para que se termine el año, días para que empiece otro y en días me voy de Madrid.
Llevo amenazando con ello desde agosto, pero esta vez es la definitiva. Ya no hay vuelta atras. El uno de enero me subiré en un coche rumbo a Francia. Sí, se que no es el destino que muchos de vosotros teníais en mente y por ello, debo aclarar que antes de embarcarme en "el sueño americano" voy a pasar unos días deslizandome por la nieve gala.
Sin embargo, el uno de enero me despido de Madrid. A las pocas horas de volver de Francia, estaré despegando hacia Estados Unidos. Por lo tanto, se puede decir que, efectivamente, con el fin de año cierro una etapa y empezamos una "vida" nueva. Lo pongo entre comillas, porque aunque el viaje y el master me hacen muchísima ilusión, hay una parte de mí que está demasiado cómoda en Madrid y no se siente especialmente aventurera....
Por otro lado, hay una tontería que no deja de inquietarme. Insisto, en que sólo es una bobada pero... con eso de la fiesta en noche vieja y el viaje de esqui inmediatamente después, tendré que dejar la maleta lista para Washington, por lo menos, este miércoles y aunque en cierto modo, me alegra no tener que dejar todo para última hora, el hecho de adelantarme a un viaje tanto, tampoco me inspira demasiada confianza... Es una tontería, lo se. Ni siquiera sé por qué me molesta. De hecho, tengo que decirlo, chínchate Warni, no tengo que enfrentarme a los temidos "20 kg" jajajaja. Sí, digamos que soy de esas privilegiadas que puede darse el lujo de viajar con "dos bultos".
Vaya, pasado este momento de exaltación, me doy cuenta de que tener la libertad (para meter todo lo que quiera en dos maletas) es mucho más complicado que la imposición "elije bien que sólo tienes 20 kilos". F*ck! Creo que voy a empezar a hacer el equipaje mañana mismo :P