martes, 16 de febrero de 2010

Feria de las variedades

Sí, sí. Se que el título correcto es Feria de las Vanidades, pero este es mi blog y lo que yo os voy a contar en este post es un cúmulo de variedades que por sí solas, tal vez no destacan como para una pequeña historia pero que en conjunto pueden resultar graciosas.

Como sabréis nada más mudarme al piso en Courthouse (vamos mi piso, el único piso en el que he estado en Washington) tuve que enfrentarme a la ahora graciosa pero en su momento dura tarea de exterminar a mis amigas las cucarachas. Pues bien, tras casi un mes creo que puedo dar la misión por concluida y además con éxito, pero no lo voy a decir demasiado alto no sea que por la maravillosa Ley del señor Murphy me arrepienta de mis palabras. De hecho, estoy segura de que no las he matado sino que aprovechando estos días de frío y mucha nieve han decido emigrar a zonas más cálidas (si es que no tienen ni un pelo de tontas).

El problema es que yo no he podido emigrar y para combatir las gélidas temperaturas estuve casi toda la semana atrincherada en mi cama y está claro que se debía de estar muy bien porque al parecer no era el único ser vivo entre el edredón. Fuera lo que fuese me dejó como un colador y aunque me llena de orgullo saber que por mis venas corre sangre de primera calidad, el tener que enfrentarme durante todo el día y a lo largo de varios días al intenso picor de sus mordiscos no es algo que me hiciera tanta gracia. Obviamente, para cuando me dí cuenta de la existencia de mis compañeros de cama el daño ya estaba hecho pero eso no impidió que me armara hasta los dientes para combatir la nueva plaga que azota mi pequeño paraíso.

 [Cualquier protección es poca contra estos bichos]

Víctima del baile del sambito, con unas ganas incontenibles de salir de casa tras una semana encerrada y encima ahora llena de las picaduras de mis misteriosos huéspedes, mis plegarias oyeron respuesta al recibir una invitación para un Happy Hour el jueves por la noche. FIESHTAAAA, te he echado de menos. A ella y a cualquier cosa relacionada con el mundo exterior. Además el plan pintaba de maravilla. La meta de este Happy Hour era reunir a todos los estudiantes de postgrado de la universidad sin importar su programa. ¿Resultado? Más de 150 personas de todo el globo con muchas ganas de emerger de la nieve y conocer gente.

Por cierto, paréntesis. ¿Alguien podría atreverse a traducir al español llano la expresión “Cabin Fever”? Para los que nunca la hayan oído, Cabin Fever viene a ser una mezcla entre claustrofobia y desesperación por estar encerrado/aislado durante mucho tiempo en el mismo lugar. Vamos, el típico subirse por las paredes o estar atrapado como un hámster en su rueda pero que en inglés queda mucho más bonito o al menos impactante por el tema de llevar la palabra “fiebre”. A ver si vosotros lingüistas de la red me podéis ayudar más que nada porque trasparecerlo, me parece curioso que en nuestro bello idioma no tengamos “sólo una palabra” para definirlo.

Volviendo a Washington:
 
[Vistas bonitas a cualquier hora. Salir por esta ciudad es lo que tiene…]

El Happy Hour fue un éxito rotundo y la verdad que resultó bastante fructífero ya que conocí a un grupo de alemanes que están haciendo un doctorado y aunque se van a finales de marzo, de momento se han convertido en un buen grupo de amigos con los que disfrutar el fin de semana. Por lo pronto, el sábado salimos juntos a celebrar el cumpleaños de uno de ellos y la verdad es que me divertí muchísimo. De hecho, como dato curioso os cuento que el local se llama “Jimmy Valentine's Lonely Hearts Club” vamos, el lugar perfecto para salir la víspera de San Valentine. Jajaja.

Por último, presentaros a la nueva joya de la casa: mi sofá.

 
[Ahora hace las funciones de sofá y oficina]
 
La verdad es que se ha hecho de rogar, pero la espera ha valido la pena y con él la casa tiene un aspecto mil veces más acogedor. Además con él queda oficialmente inaugurado el “Hotel Cat” ya que no es un simple sofá. Es un maravilloso sofá-cama. Una ganga. Como podréis deducir de la foto, casi casi venia por fascículos pero nada preocupante. Los gringos si hay algo que no saben, se lo inventan o lo copian y la verdad es que se les ha dado muy bien reproducir el modelo “ikea”. Cuatro patas, ocho tornillos y varios giros de muñeca después de abrir la caja, mi casa quedó tal que así:

 [Sed todos bienvenidos]
-Stay toon for more-

jueves, 11 de febrero de 2010

Compro raquetas de nieve

Y si el clima no da una tregua, dentro de poco tendré que empezar a criar mis propios huskies siberianos para que se encarguen de mi trineo.

[Estos parecen prometedores. Nota: la foto la he sacado de internet]

Bromas a parte, esta ha sido al semana más larga en mucho tiempo. Con el medio metro de nieve que nos dejó de regalo el fin de semana la gran nevada, la ciudad está colapsada y las clases se han suspendido. Entonces, ¿para qué vamos a salir de casa? Eso de disponer de todo el tiempo para hacer lo que quieras, al principio puede sonar muy tentador pero al tercer día empieza a ser aburrido y al sexto ahogarse en la bañera no es una mala idea. Sobre todo cuando lo que tienes que hacer ya lo has hecho y las ideas para matar el tiempo van desapareciendo.

El domingo, aprovechando que brillaba el sol, dí con la excusa perfecta para salir un rato del encierro. “Vayamos a comprar algo al super” Suena como una idea bastante razonable. Es cierto que as calles no son ahora mismo el mejor lugar para caminar pero si hay que alimentarse, habrá que hacer el esfuerzo. Pero tranquilos, no lo volveré a repetir mucho más que nada porque al llegar, me encontré con un supermercado prácticamente desabastecido (y eso que estoy viviendo en un país potencia mundial)

La situación es esta: La zona de verduras y frutas parecía una reproducción en miniatura de los pueblos del oeste donde sólo ves rodar un pequeño arbusto seco por la calle principal. “Bueno, vaya no poder comprar cebollas” piensas y cambias el rumbo hacia las proteínas y sorpresa…ni rastro del pollo y del cerdo ni hablamos porque como de él se aprovecha todo, para qué entrar en detalles. Por supuesto, con lo cárnicos que son en este país los estantes de las neveras que por lo general exhiben jugosos solomillos no tenían ni las etiquetas de los precios. Digamos que lo que son productos de primera necesidad tipo leche, huevos, mantequilla y los citados anteriormente, habían sido completamente barridos. Sin embargo, lo que sí me dio miedo e hizo sospechar de que el fin del mundo debía estar cerca fue descubrir los congeladores del pasillo más XL de todo el supermercado, es decir, los congeladores de las pizzas, el pollo frito y los helados TAMBIEN vacíos. No daba crédito y antes de que el Apocalipsis (o los zombies) me encontraran indefensa en un supermercado sin mercado, decidí concluir mi aventura comprando dos paquetitos de caldo para pollo (sí los de Maggi) más que nada por no volver a casa con las manos vacías.

El lunes volvió a brillar el sol y con eso de ser día laboral la gente se animó y se puso manos a la obra, o mejor manos (y palas) a la nieve. Ganaba el primero que consiguiera desenterrar su coche. Ese día aprecie las ventajas de depender del transporte público y en vez de perder toda la mañana desenterrando mi propio autobús, me animé a dar un paseo e incluso intentar llegar hasta el centro para hacer un poco de turismo blanco. Me he dado cuenta de que soy muy ingenua. Que yo no tuviera que desenterrar el autobús, no significa que estuvieran funcionando y con el transporte público a mínimos lo de ir hasta el centro más que un paseo era una odisea en toda regla. Así que sólo dí la vuelta a la manzana pero hasta tu propia manzana adquiere una nueva dimensión con kilos y kilos de nieve.

[Este es el resultado mezclarle a la nieve dos días de sol y gélidos vientos intermitentes]

El martes decidí que so con una sola bandeja de pechugas de pollo me puedo comer durante tres días (recordar los XL), ¿para qué cocinar varias veces al día? o mejor aún, ¿para qué cocinar varias veces a la semana si puedo concentrarlo todo? Resumiendo: me pasé toda la mañana entre fogones.

[Si vas a preparar varios platos de golpe, hay que tener listo el material]

Hay que confesar que con eso del desabastecimiento generalizado no tenía muchos ingredientes y variedades culinarias en las que elegir, pero el juego de las cocinitas resultó muy satisfactorio.

[El pollo al queso es una de mis especialidades]

Es cierto que igual no se ve muy jugoso en la foto, pero al paladar resulta delicioso. Yo creo que el truco está en ponerle a la mezcla de quesos sólo un poco de Cheddar, que es un queso con bastante más carácter que los demás. Eso sí, para los platos sencillos (de pollo) también tengo buena mano.

[Pollo al limón con esencia de cilantro. Jajaja]

En este plato el secreto radica en cubrir el pollo con limón y luego a fuego lento, dejar que mientras la pechuga se va cocinando, lo absorba poco a poco a la vez que se va evaporando.

[Después de tanta dedicación, nada como el señor mister Tupper para llenar tu nevera]

Las predicciones meteorológicas avisaban que el martes por la noche la ciudad de Washington volvería a enfrentarse con la naturaleza en su versión mejorada, es decir Snowmagedon 2.1, así que antes de volver a encerrarnos en casa hasta nueva orden, se volvió a probar suerte en el mercado sin mejores resultados que la semana anterior. Yo no se si es que la leche ayuda a derretir la nieve, supongo que en realidad es que con el frío que está haciendo estos días, no hay mejor desayuno que un tazón calentito y claro como los camiones de reparto llegan a cuenta gotas, el que no corre vuela. De todas maneras, pude resolver (más o menos) el problema “¿Y qué bebo yo en el desayuno?” con una solución que no deja de ser un simpática mezcla entre el pasado y el… ¿futuro?

 [Las típicas botellas de cristal que el lechero dejaba en las puertas convertidas en recipientes de una poderosa industria “cafetera”]

Por cierto, si en el post anterior me reía de la "ventisca" que en realidad sólo resulto ser una nevada muy larga, lo de hoy (miércoles) sí que ha sido una tormenta de las de película. Vamos, el día de mañana en verisión sonido súper envolvente y con efectos 3d de última generación: vientos sacudiendo los árboles como si de palitos se trataran, un frío glaciar y copos de nieve que caen en todas las direcciones impidiendo cualquier posibilidad de hacer una foto para el archivo, porque total "sólo se ve todo blanco".
-Stay toon for more-

sábado, 6 de febrero de 2010

Aislados

“Al menos 50cm de nieve, cientos de kilómetros esquiables y miles de apartamentos a pie de pista.” Un sueño hecho realidad para cualquier amante del deporte blanco y durante, al menos, este fin de semana esa descripción coincide con la situación en Washington. Claro que al slogan publicitario habría que añadirle el hecho de que no existen remontes y que el material (esquís, tablas, botas o incluso monos) resulta bastante complicado de conseguir.

El último post lo cerraba diciendo que estaba comprando unas botas por Internet. Botas que recibí el martes y botas con las que pensaba podría enfrentarme a la nieve. Ilusa. Mis botitas de agua, parecen simples zapatillas de andar por casa en comparación con el atuendo de los pocos valientes que se atreven a salir al exterior. Como ya sabemos, en Estados Unidos todo eso
XL y sus botas para la nieve no iban a ser menos. Dejan unas huellas que cualquier rastreador confundiría con las de un Yeti y sus abrigos deben de tener al menos, todas las plumas de toda una bandada completa de patos.

Estaré muy calentita dentro de casa y protegida por mi edredón, pero debo de admitir que en más de una ocasión me he planteado forrarme con bolsas de basura (para evitar empaparme con el blanco elemento) y salir a la calle a hacer ángeles de nieve o aprovechar mi impermeabilidad y deslizarme por las colinas sobre mi propio trineo/trasero. Sin embargo, después miro mis pantalones y por mucho plástico que me ponga, creo que eso no solucionará el factor frío :(

Os confesaré que he tachado de exagerados los avisos de ventisca, sobre todo cuando el viernes a las diez de la mañana comenzaron a caer inocentes copos de nieve. No se, igual me equivoco pero cuando a mi me dicen “ventisca” de inmediato aparecen en mi mente imágenes donde la fuerza del viento no permite caminar y la cantidad de nieve por centímetro cuadrado es tan alta que hace imposible la visión. Eso es una ventisca y lo que pasa en Washington es una simple nevada. Sí, la típica nevada del final de las películas navideñas donde Papa Noel consigue su trineo o el pequeño Timmy llega a casa justo a tiempo para abrir los regalos y abrazar a su familia. Esas nevadas que hacen que la magia (y los copos) floten en el aire. Pero debo de reconocer que esta nevada empieza a ser excesivamente larga e incluso está haciéndome cambiar la percepción que tenía con respecto a la nieve. Como cualquier persona “no acostumbrada” a tener esa cosa fría y blanca en grandes cantidades, el aviso de nevada me resultaba algo emocionante, romántico y hasta divertido. Pero cuando mi vida se empieza a ver demasiado afectada por ella, dejo de tenerle afecto, dejo de querer hacer muñecos de nieve y empiezo a extrañar el buen tiempo.

Se supone que esta mañana íbamos a ir a patinar sobre hielo pero por supuesto con medio metro tapando las calles, el plan ha quedado cancelado. De hecho, ese plan y cualquier otro porque aunque las máquinas quitanieves se están empleando a fondo, el transporte público está interrumpido y con transporte público no me refiero a los autobuses (dato obvio debido a la situación de las carreteras) sino también al metro que por algún extraño motivo tiene zonas descubiertas (supongo que por eso aquí no se llama Subway) jeje. No me vayáis a mal interpretar, me quejo pero al mismo tiempo me alegro de tener una excusa válida para quedarme en casa estudiando sin tener ganas de hacer otras cosas. Del mismo modo, aunque la ciudad este parcialmente “bloqueada”, el título de este post sería insignificante si me pongo a pensar cómo serían las cosas de haber pasado en Madrid.

[Máquinas quita nieve, por supuesto, tamaño XL. Vivir al lado de la autopista, te permite comprobar como los altos mandos se preocupan por luchar contra el temporal y no contratan una o dos sino un convoy enterito. He llegado a contar 6 camiones seguidos.]
-Stay toon for more-