jueves, 11 de febrero de 2010

Compro raquetas de nieve

Y si el clima no da una tregua, dentro de poco tendré que empezar a criar mis propios huskies siberianos para que se encarguen de mi trineo.

[Estos parecen prometedores. Nota: la foto la he sacado de internet]

Bromas a parte, esta ha sido al semana más larga en mucho tiempo. Con el medio metro de nieve que nos dejó de regalo el fin de semana la gran nevada, la ciudad está colapsada y las clases se han suspendido. Entonces, ¿para qué vamos a salir de casa? Eso de disponer de todo el tiempo para hacer lo que quieras, al principio puede sonar muy tentador pero al tercer día empieza a ser aburrido y al sexto ahogarse en la bañera no es una mala idea. Sobre todo cuando lo que tienes que hacer ya lo has hecho y las ideas para matar el tiempo van desapareciendo.

El domingo, aprovechando que brillaba el sol, dí con la excusa perfecta para salir un rato del encierro. “Vayamos a comprar algo al super” Suena como una idea bastante razonable. Es cierto que as calles no son ahora mismo el mejor lugar para caminar pero si hay que alimentarse, habrá que hacer el esfuerzo. Pero tranquilos, no lo volveré a repetir mucho más que nada porque al llegar, me encontré con un supermercado prácticamente desabastecido (y eso que estoy viviendo en un país potencia mundial)

La situación es esta: La zona de verduras y frutas parecía una reproducción en miniatura de los pueblos del oeste donde sólo ves rodar un pequeño arbusto seco por la calle principal. “Bueno, vaya no poder comprar cebollas” piensas y cambias el rumbo hacia las proteínas y sorpresa…ni rastro del pollo y del cerdo ni hablamos porque como de él se aprovecha todo, para qué entrar en detalles. Por supuesto, con lo cárnicos que son en este país los estantes de las neveras que por lo general exhiben jugosos solomillos no tenían ni las etiquetas de los precios. Digamos que lo que son productos de primera necesidad tipo leche, huevos, mantequilla y los citados anteriormente, habían sido completamente barridos. Sin embargo, lo que sí me dio miedo e hizo sospechar de que el fin del mundo debía estar cerca fue descubrir los congeladores del pasillo más XL de todo el supermercado, es decir, los congeladores de las pizzas, el pollo frito y los helados TAMBIEN vacíos. No daba crédito y antes de que el Apocalipsis (o los zombies) me encontraran indefensa en un supermercado sin mercado, decidí concluir mi aventura comprando dos paquetitos de caldo para pollo (sí los de Maggi) más que nada por no volver a casa con las manos vacías.

El lunes volvió a brillar el sol y con eso de ser día laboral la gente se animó y se puso manos a la obra, o mejor manos (y palas) a la nieve. Ganaba el primero que consiguiera desenterrar su coche. Ese día aprecie las ventajas de depender del transporte público y en vez de perder toda la mañana desenterrando mi propio autobús, me animé a dar un paseo e incluso intentar llegar hasta el centro para hacer un poco de turismo blanco. Me he dado cuenta de que soy muy ingenua. Que yo no tuviera que desenterrar el autobús, no significa que estuvieran funcionando y con el transporte público a mínimos lo de ir hasta el centro más que un paseo era una odisea en toda regla. Así que sólo dí la vuelta a la manzana pero hasta tu propia manzana adquiere una nueva dimensión con kilos y kilos de nieve.

[Este es el resultado mezclarle a la nieve dos días de sol y gélidos vientos intermitentes]

El martes decidí que so con una sola bandeja de pechugas de pollo me puedo comer durante tres días (recordar los XL), ¿para qué cocinar varias veces al día? o mejor aún, ¿para qué cocinar varias veces a la semana si puedo concentrarlo todo? Resumiendo: me pasé toda la mañana entre fogones.

[Si vas a preparar varios platos de golpe, hay que tener listo el material]

Hay que confesar que con eso del desabastecimiento generalizado no tenía muchos ingredientes y variedades culinarias en las que elegir, pero el juego de las cocinitas resultó muy satisfactorio.

[El pollo al queso es una de mis especialidades]

Es cierto que igual no se ve muy jugoso en la foto, pero al paladar resulta delicioso. Yo creo que el truco está en ponerle a la mezcla de quesos sólo un poco de Cheddar, que es un queso con bastante más carácter que los demás. Eso sí, para los platos sencillos (de pollo) también tengo buena mano.

[Pollo al limón con esencia de cilantro. Jajaja]

En este plato el secreto radica en cubrir el pollo con limón y luego a fuego lento, dejar que mientras la pechuga se va cocinando, lo absorba poco a poco a la vez que se va evaporando.

[Después de tanta dedicación, nada como el señor mister Tupper para llenar tu nevera]

Las predicciones meteorológicas avisaban que el martes por la noche la ciudad de Washington volvería a enfrentarse con la naturaleza en su versión mejorada, es decir Snowmagedon 2.1, así que antes de volver a encerrarnos en casa hasta nueva orden, se volvió a probar suerte en el mercado sin mejores resultados que la semana anterior. Yo no se si es que la leche ayuda a derretir la nieve, supongo que en realidad es que con el frío que está haciendo estos días, no hay mejor desayuno que un tazón calentito y claro como los camiones de reparto llegan a cuenta gotas, el que no corre vuela. De todas maneras, pude resolver (más o menos) el problema “¿Y qué bebo yo en el desayuno?” con una solución que no deja de ser un simpática mezcla entre el pasado y el… ¿futuro?

 [Las típicas botellas de cristal que el lechero dejaba en las puertas convertidas en recipientes de una poderosa industria “cafetera”]

Por cierto, si en el post anterior me reía de la "ventisca" que en realidad sólo resulto ser una nevada muy larga, lo de hoy (miércoles) sí que ha sido una tormenta de las de película. Vamos, el día de mañana en verisión sonido súper envolvente y con efectos 3d de última generación: vientos sacudiendo los árboles como si de palitos se trataran, un frío glaciar y copos de nieve que caen en todas las direcciones impidiendo cualquier posibilidad de hacer una foto para el archivo, porque total "sólo se ve todo blanco".
-Stay toon for more-

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