Sí, sí. Se que el título correcto es Feria de las Vanidades, pero este es mi blog y lo que yo os voy a contar en este post es un cúmulo de variedades que por sí solas, tal vez no destacan como para una pequeña historia pero que en conjunto pueden resultar graciosas.
Como sabréis nada más mudarme al piso en Courthouse (vamos mi piso, el único piso en el que he estado en Washington) tuve que enfrentarme a la ahora graciosa pero en su momento dura tarea de exterminar a mis amigas las cucarachas. Pues bien, tras casi un mes creo que puedo dar la misión por concluida y además con éxito, pero no lo voy a decir demasiado alto no sea que por la maravillosa Ley del señor Murphy me arrepienta de mis palabras. De hecho, estoy segura de que no las he matado sino que aprovechando estos días de frío y mucha nieve han decido emigrar a zonas más cálidas (si es que no tienen ni un pelo de tontas).
El problema es que yo no he podido emigrar y para combatir las gélidas temperaturas estuve casi toda la semana atrincherada en mi cama y está claro que se debía de estar muy bien porque al parecer no era el único ser vivo entre el edredón. Fuera lo que fuese me dejó como un colador y aunque me llena de orgullo saber que por mis venas corre sangre de primera calidad, el tener que enfrentarme durante todo el día y a lo largo de varios días al intenso picor de sus mordiscos no es algo que me hiciera tanta gracia. Obviamente, para cuando me dí cuenta de la existencia de mis compañeros de cama el daño ya estaba hecho pero eso no impidió que me armara hasta los dientes para combatir la nueva plaga que azota mi pequeño paraíso.
[Cualquier protección es poca contra estos bichos]
Víctima del baile del sambito, con unas ganas incontenibles de salir de casa tras una semana encerrada y encima ahora llena de las picaduras de mis misteriosos huéspedes, mis plegarias oyeron respuesta al recibir una invitación para un Happy Hour el jueves por la noche. FIESHTAAAA, te he echado de menos. A ella y a cualquier cosa relacionada con el mundo exterior. Además el plan pintaba de maravilla. La meta de este Happy Hour era reunir a todos los estudiantes de postgrado de la universidad sin importar su programa. ¿Resultado? Más de 150 personas de todo el globo con muchas ganas de emerger de la nieve y conocer gente.
Por cierto, paréntesis. ¿Alguien podría atreverse a traducir al español llano la expresión “Cabin Fever”? Para los que nunca la hayan oído, Cabin Fever viene a ser una mezcla entre claustrofobia y desesperación por estar encerrado/aislado durante mucho tiempo en el mismo lugar. Vamos, el típico subirse por las paredes o estar atrapado como un hámster en su rueda pero que en inglés queda mucho más bonito o al menos impactante por el tema de llevar la palabra “fiebre”. A ver si vosotros lingüistas de la red me podéis ayudar más que nada porque trasparecerlo, me parece curioso que en nuestro bello idioma no tengamos “sólo una palabra” para definirlo.
Volviendo a Washington:
[Vistas bonitas a cualquier hora. Salir por esta ciudad es lo que tiene…]
El Happy Hour fue un éxito rotundo y la verdad que resultó bastante fructífero ya que conocí a un grupo de alemanes que están haciendo un doctorado y aunque se van a finales de marzo, de momento se han convertido en un buen grupo de amigos con los que disfrutar el fin de semana. Por lo pronto, el sábado salimos juntos a celebrar el cumpleaños de uno de ellos y la verdad es que me divertí muchísimo. De hecho, como dato curioso os cuento que el local se llama “Jimmy Valentine's Lonely Hearts Club” vamos, el lugar perfecto para salir la víspera de San Valentine. Jajaja.
Por último, presentaros a la nueva joya de la casa: mi sofá.
El Happy Hour fue un éxito rotundo y la verdad que resultó bastante fructífero ya que conocí a un grupo de alemanes que están haciendo un doctorado y aunque se van a finales de marzo, de momento se han convertido en un buen grupo de amigos con los que disfrutar el fin de semana. Por lo pronto, el sábado salimos juntos a celebrar el cumpleaños de uno de ellos y la verdad es que me divertí muchísimo. De hecho, como dato curioso os cuento que el local se llama “Jimmy Valentine's Lonely Hearts Club” vamos, el lugar perfecto para salir la víspera de San Valentine. Jajaja.
Por último, presentaros a la nueva joya de la casa: mi sofá.
[Ahora hace las funciones de sofá y oficina]
La verdad es que se ha hecho de rogar, pero la espera ha valido la pena y con él la casa tiene un aspecto mil veces más acogedor. Además con él queda oficialmente inaugurado el “Hotel Cat” ya que no es un simple sofá. Es un maravilloso sofá-cama. Una ganga. Como podréis deducir de la foto, casi casi venia por fascículos pero nada preocupante. Los gringos si hay algo que no saben, se lo inventan o lo copian y la verdad es que se les ha dado muy bien reproducir el modelo “ikea”. Cuatro patas, ocho tornillos y varios giros de muñeca después de abrir la caja, mi casa quedó tal que así:
[Sed todos bienvenidos]
-Stay toon for more-
Grandiosa la foto de "BUG BUSTER" xD Di que si tu acondiciona bien tu dulce hogar que tendrás visitantes.
ResponderEliminarme encanta q tengas un sofa-cama asi cuando vaya pues dormir ahi y yo en la cama...!!haha me encanta tu pisito!!te quiero chispitas!!
ResponderEliminarSi que os ha gustado la serie si jejejeje
ResponderEliminarjajajajajajajajaja
ResponderEliminarfin...
Que linda esta tu casita. Es increible como ha cambiado desde la primera vez :) GOOD JOB! - sasa-
ResponderEliminarLindus!!!! Y dónde está ese marco precioso que te di??? No lo veo por ningún lado!!!!
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