Y por ello, indistintamente del lugar del planeta en el que nos encontremos, hay cosas que simplemente no cambian. Da igual si se trata de una celebración, una reunión o un deporte. Tampoco importa si usamos alcohol, comida, palomitas o sencillamente refrescos; lo que verdad importa es que tenemos una necesidad implícita en nuestra naturaleza de vivir y sobre todo, disfrutar en sociedad.
Desde el viernes estoy oficialmente en “Spring Break” que viene a ser una semana de vacaciones libres de trabajos, lecturas o proyectos a entregar a la vuelta lo que significa que estoy disfrutando unas vacaciones de las de verdad. Esas vacaciones en las que se desconecta del todo y no hace falta pensar que el domingo a última hora de la noche estaremos tecleando frenéticamente para terminar ese trabajo que hay que entregar el lunes a primera hora y que llevamos posponiendo desde el primer día de libertad. Son esas vacaciones donde podrías hacer miles de cosas y ponerte al día en todo pero al final no haces nada y los días se te pasan volando. Vamos, como las de verano pero en formato reducido.
Precisamente el viernes, para entrar con buen pie en tan maravilloso descanso, celebré una fiesta en casa y visto el resultado, presiento que va a ser la primera de una larga lista. La verdad es que fue todo un éxito, nos juntamos cerca de 40 personas de todas partes del planeta. Por supuesto el grupo dominante lo formábamos los latinos, seguidos de cerca por los alemanes y los brasileros consiguieron la tercera posición. Los grandes ausentes de la noche fueron los Yankies pero estaba dentro de las previsiones ya que en lo que a vida social respecta todavía tengo pocos lazos con ellos de hecho, sin embargo no fueron ausentes absolutos ya que dos de los invitados sirvieron como pequeña representación gringa.
Una fiesta es una fiesta en cualquier parte del mundo, pero dependiendo de la latitud del planeta en donde te encuentres habrá pequeños detalles que le dan un carácter propio. Por ejemplo, al contrario que en las fiestas de España, en la fiesta del viernes sobraron varias bolsas de hielo es cierto que puede deberse a que “las copas” no fueron la bebida principal y que de hecho, nos faltó hueco en la nevera para el cargamento de cervezas que llegaba con cada nuevo grupo de invitados. Otro aspecto curioso es la cultura del tabaco: en Madrid llegas a una fiesta y si eres fumador lo más probable es que termines fumando indistintamente de lo que el dueño de la casa piense sobre el tabaco. Pues aquí no. También es verdad, que el porcentaje de fumadores en España es una cifra abrumadora con respecto a otros países pero es que aquí lo de fumar no lo dan tan por sentado. Igual es por las leyes anti-tabaco o porque las casas en Estados Unidos están plagadas de detectores de humo pero el caso es que los fumadores que vinieron a mi fiesta venían bastante mentalizados que para poder disfrutar de su dosis de nicotina tendrían que salir a la calle. Por supuesto, me apiade de ellos y habilite el mini-cuartito que tengo completamente vacío como la “sala fumadores” otro éxito que no faltará en próximas fiestas. Los amantes del humo agradecieron el no tener que ausentarse del piso como si tratara de traficantes y la dueña de la casa agradeció tener que ventilar sólo un cuarto y disfrutar de su casa libre de olor a colilla tras la fiesta.
Desde el viernes estoy oficialmente en “Spring Break” que viene a ser una semana de vacaciones libres de trabajos, lecturas o proyectos a entregar a la vuelta lo que significa que estoy disfrutando unas vacaciones de las de verdad. Esas vacaciones en las que se desconecta del todo y no hace falta pensar que el domingo a última hora de la noche estaremos tecleando frenéticamente para terminar ese trabajo que hay que entregar el lunes a primera hora y que llevamos posponiendo desde el primer día de libertad. Son esas vacaciones donde podrías hacer miles de cosas y ponerte al día en todo pero al final no haces nada y los días se te pasan volando. Vamos, como las de verano pero en formato reducido.
Precisamente el viernes, para entrar con buen pie en tan maravilloso descanso, celebré una fiesta en casa y visto el resultado, presiento que va a ser la primera de una larga lista. La verdad es que fue todo un éxito, nos juntamos cerca de 40 personas de todas partes del planeta. Por supuesto el grupo dominante lo formábamos los latinos, seguidos de cerca por los alemanes y los brasileros consiguieron la tercera posición. Los grandes ausentes de la noche fueron los Yankies pero estaba dentro de las previsiones ya que en lo que a vida social respecta todavía tengo pocos lazos con ellos de hecho, sin embargo no fueron ausentes absolutos ya que dos de los invitados sirvieron como pequeña representación gringa.
Una fiesta es una fiesta en cualquier parte del mundo, pero dependiendo de la latitud del planeta en donde te encuentres habrá pequeños detalles que le dan un carácter propio. Por ejemplo, al contrario que en las fiestas de España, en la fiesta del viernes sobraron varias bolsas de hielo es cierto que puede deberse a que “las copas” no fueron la bebida principal y que de hecho, nos faltó hueco en la nevera para el cargamento de cervezas que llegaba con cada nuevo grupo de invitados. Otro aspecto curioso es la cultura del tabaco: en Madrid llegas a una fiesta y si eres fumador lo más probable es que termines fumando indistintamente de lo que el dueño de la casa piense sobre el tabaco. Pues aquí no. También es verdad, que el porcentaje de fumadores en España es una cifra abrumadora con respecto a otros países pero es que aquí lo de fumar no lo dan tan por sentado. Igual es por las leyes anti-tabaco o porque las casas en Estados Unidos están plagadas de detectores de humo pero el caso es que los fumadores que vinieron a mi fiesta venían bastante mentalizados que para poder disfrutar de su dosis de nicotina tendrían que salir a la calle. Por supuesto, me apiade de ellos y habilite el mini-cuartito que tengo completamente vacío como la “sala fumadores” otro éxito que no faltará en próximas fiestas. Los amantes del humo agradecieron el no tener que ausentarse del piso como si tratara de traficantes y la dueña de la casa agradeció tener que ventilar sólo un cuarto y disfrutar de su casa libre de olor a colilla tras la fiesta.
[Os presento a Patrick. Mascota oficial de las fiestas en casa]
Otro de los pilares básicos de vida socio-cultural de los EEUU es sin duda el Basket y ¿qué mejor manera para seguir disfrutando del Spring Break que asistir al último partido de la temporada Big East? La Big East Conference viene a ser la liga de basket que enfrenta a 16 universidades del este de los Estados Unidos entre las que se encuentra Georgetown y nuestro rival del sábado Cincinnati.
[Hoyas es Georgetown lo que Merengues al Real Madrid o Azulgranas al Barça]
El partido fue lo de menos, sobre todo cuando antes del intermedio ya dominábamos el marcador con una ventaja importante pero el ambiente, el barullo de las gradas, lo de cantar el himno antes del partido, las presentaciones de los jugadores, los diferentes “gritos de guerra”, la banda e incluso las pausas publicitarias hacen que la experiencia valga la pena vivirla al menos una vez y personalmente, me lo pasé tan bien que pretendo repetir.
El partido fue lo de menos, sobre todo cuando antes del intermedio ya dominábamos el marcador con una ventaja importante pero el ambiente, el barullo de las gradas, lo de cantar el himno antes del partido, las presentaciones de los jugadores, los diferentes “gritos de guerra”, la banda e incluso las pausas publicitarias hacen que la experiencia valga la pena vivirla al menos una vez y personalmente, me lo pasé tan bien que pretendo repetir.
[Las gradas del Verizon Arena salpicadas de los colores de Georgetown: azul y gris]
Las cosas como son. Los americanos tienen un don para el espectáculo y yo creo que no sólo eso, sino que les gusta, se lo curran y además se lo pasan bien. La verdad es que originales son un rato. Lo de las animadoras lo hemos visto hasta la saciedad desde pequeños gracias a la industria del cine pero el estar entre las gradas y verlo en directo, es otra cosas. Destacable también es lo de las mascotas de los equipos y con esto no me refiero sólo al pobre pringui que va vestido de perro o pájaro o incluso piel roja. Por ejemplo, la mascota de Georgetown es Jack el bulldog. Pues bien, durante el descanso, no sólo sacan al perro tamaño persona, sino que hay un bulldog de verdad que pasean por la cancha mientras mordisquea, juega y en definitiva destroza una caja de cartón con el nombre del equipo contrario. Nada como la violencia encubierta para animar un partido. Jajajaja.
Después del basket con el estómago rugiendo y los niveles de patriotismo yankie por las nubes, nada como saciar el apetito en una de las hamburgueserías míticas de la ciudad: Five Guys.
Las cosas como son. Los americanos tienen un don para el espectáculo y yo creo que no sólo eso, sino que les gusta, se lo curran y además se lo pasan bien. La verdad es que originales son un rato. Lo de las animadoras lo hemos visto hasta la saciedad desde pequeños gracias a la industria del cine pero el estar entre las gradas y verlo en directo, es otra cosas. Destacable también es lo de las mascotas de los equipos y con esto no me refiero sólo al pobre pringui que va vestido de perro o pájaro o incluso piel roja. Por ejemplo, la mascota de Georgetown es Jack el bulldog. Pues bien, durante el descanso, no sólo sacan al perro tamaño persona, sino que hay un bulldog de verdad que pasean por la cancha mientras mordisquea, juega y en definitiva destroza una caja de cartón con el nombre del equipo contrario. Nada como la violencia encubierta para animar un partido. Jajajaja.
Después del basket con el estómago rugiendo y los niveles de patriotismo yankie por las nubes, nada como saciar el apetito en una de las hamburgueserías míticas de la ciudad: Five Guys.
[Las patatas fritas las hacen con aceite de cacahuete lo cual le da un sabor riquísimo]
El domingo fue la noche de los Oscar y creo que cualquier cosa que diga sobre ellos ya la habréis oído. Como dato anecdótico a mi favor, contaros que vi la ceremonia mientras comíamos pizza en la residencia de los alemanes y que yo era la única mujer del grupo, lo que no me impidió desplumar a un par de modelos (entiéndase por vestidos) mientras se paseaban sobre el escenario.
El domingo fue la noche de los Oscar y creo que cualquier cosa que diga sobre ellos ya la habréis oído. Como dato anecdótico a mi favor, contaros que vi la ceremonia mientras comíamos pizza en la residencia de los alemanes y que yo era la única mujer del grupo, lo que no me impidió desplumar a un par de modelos (entiéndase por vestidos) mientras se paseaban sobre el escenario.
-Stay toon for more-
Si es que eres como la San Miguel.. que donde vas triunfas. Pues las fiestas de USA me temo que me las voy a perder, pero lo que es las de aquí... NI UNA!.
ResponderEliminarPD: Claro que saben mejor las patatas, cuanta más grasaza mejor sabe todo, lo raro es que no las echen azúcar encima. Ya sabemos como va el tema nutricional por allí...
LOVE IT...!!!cat me encata..y me das una envidia q flipas te lo estas pasando increible...!!a ver si voy de visita!!!
ResponderEliminarLOVE YOU!