martes, 23 de marzo de 2010

Hoy la lavadora se ha comido un calcetín

Yo pensaba que eso de los calcetines que desaparecían en la lavadora era sólo una leyenda urbana, pero esta claro que igual que hay que ponerle jabón en cada lavado, cada cierto tiempo estos aparatitos deciden nutrirse con vitaminas extra gracias a un delicioso calcetín. Yo estoy convencida que debe de haber una explicación científica porque de verdad que no es que haya perdido el calcetín ni se me haya caído por algún lado. De verdad que se lo ha tragado la máquina. Al meter la ropa a la lavadora siempre compruebo que meto los calcetines en pareja para asegurarme que no me he dejado alguno en el cesto de la ropa sucia y al sacar la ropa siempre los emparejo precisamente para que no se queden solitos de camino a la zona de secado. Pues en este lavado, el calcetín no aparece. Para que os hagáis una idea de la intensidad de mi búsqueda, sólo os digo que he terminado metiendo la cabeza dentro del tambor. Sí, dentro del hueco ese oscuro donde se pone la ropa. Tenía que asegurarme de que no estuviera pegado a un lateral o algo y nada… Ni rastro. Por favor, si alguien tiene alguna información que arroje algo de luz sobre este misterio, que la comparta porque yo ya me veo como una loca con un calcetín de cada color. En fin…
 
Volviendo a mi vida al otro lado del charco, Miami fue una escapada perfecta. Un poco corta, todo hay que decirlo, pero muy divertida y el descanso perfecto para recargar las pilas y enfrentarnos a la recta final del trimestre.

[Vistas de Miami por la noche desde nuestro campamento base en Key Biscane]

A Miami llegamos el jueves por la noche y después de un magnifico tour nocturno desde el coche, saciamos nuestro apetito con una enorme pizza en Lincoln Road. Al día siguiente nos dieron la buena noticia de que podríamos estar locomotorizados y sin perder tiempo, pusimos rumbo a South Beach Miami. Al llegar, una ligera lluvia nos dio la bienvenida pero no logró asustarnos e inocentes de nosotros, seguimos con nuestro plan de turistas. Por supuesto la Ley de Murphy no podía ni fallar ni faltar y cuando nos encontrábamos paseando por la playa con la posibilidad de encontrar refugio a varios cientos de metros a la redonda, la lluvia ligera se convirtió en un huracán a escala. ¿Resultado? Litros de agua por centímetro cuadrado en nuestra ropa. Pero bueno, lo que tiene esta climatología inestable del caribe es precisamente eso. Que estábamos en el caribe y aunque ensopados, hacía calor así que nos lo tomamos con humor y cuando finalmente conseguimos alcanzar un techo protector, nos atrincheramos en un cuarto de baño y el secador de manos se convirtió en nuestro mejor amigo.

[Con mucha paciencia y esmero al final conseguimos secarnos
pero sólo un poco]

Después del diluvio universal decidimos cambiar de zona y nos dimos una vuelta por Coconut Groove. Pro la noche es un sitio súper divertido lleno de bares y con muchísimo ambiente. Obviamente, si por la noche un lugar rezuma vida, lo lógico es que durante el día se reponga la energía y las calles sean algo bastante tranquilo. Eso no evito que entráramos a Johnny Rockets y nos diéramos un homenaje.

[Cookies and Cream Milkshake. Simplemente delicioso]

Después de visitar a mi primo pequeño, volvimos a Key Biscane y nos fuimos directos a la piscina. También aprovechamos para ver las estrellas desde el jacuzzi; un plan muy recomendable para descansar un poco antes de salir hacia Calle Ocho. Una vez en la Pequeña Habana encontramos un local con un concierto de Bosa Nova y una riquísima oferta gastronómica a destacar el ceviche y pollo con arroz.

 [El alma de brasil en un local cubano en el corazón de Miami.
Las mezclas curiosas son las que mejor resultado consiguen.]

El sábado por la mañana el sol brillaba y apenas perdimos el tiempo en desayunar. Después de los cambios repentinos de clima que habíamos experimentado el día anterior no queríamos arriesgarnos y cualquier minuto de sol que pudiéramos llevarnos de recuerdo a Washington era bien recibido.

[Con unas vistas así ¿quién pierde el tiempo dentro de casa?]

Por supuesto sobra decir que estuvimos absolutamente todo el día cual lagartos al sol. Eso sí, siempre con protección además mínimo factor 50 que nuestras pieles después de sobrevivir a la edad de hielo en Washington no estaban muy acostumbradas a eso de los rayos solares. Y aunque sólo tuvimos un día de exposición solar conseguí cambiar el horroroso pálido de mi piel por un tono “ligeramente tostado”. Jajajaja

-Stay toon for more-

2 comentarios:

  1. Así me gusta KTS, siempre con protección

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  2. como ves hay un submundo de calcetines,yo los amarro con un nudo antes de entrar al tambor come calcetines y por obra de magia salen nonos. por fin te estan sucediendo cosas de mamas. te amo

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