domingo, 31 de enero de 2010

La vida durante el fin de semana

Y al tercer fin de semana, la vida social resucitó. No es que no hubiera estado haciendo nada antes, pero lo que se dice "salir” no hemos salido hasta este viernes. Antes de empezar con los detalles del fin de semana, hay que aclarar que aquí los horarios son diferentes y que si por ejemplo, los restaurantes cierran los sábados a las 10.30 (y eso es tarde), la vida nocturna lógicamente se tiene que adaptar y la "fiesta" empieza con los happy hour que van desde las 4 hasta las 7 de la tarde. Obviamente, empezando a esas horas el cuerpo esta muerto a eso de las dos y media de la noche lo cual es un "perfect timing" porque el metro cierra a las 3. (A ver si aprenden algo los altos cargos madrileños)

Volviendo a los hechos… una de las calles con más movimiento (durante la tarde)  es M Street que está bastante cerca del campus principal y de hecho, queda en el barrio de Georgetown. Por cierto, el barrio de Georgetown está plagado de fachadas de diferentes colores con una altura no superior a dos pisos. Seguro que en primavera merece la pena pasar un par de tardes caminando por allí porque digamos que ahora, entre el frío y el clima invernal el barrio está un poco “gris”.

[Aquí la paleta de color no es muy amplia pero prometo hacer otro post una vez el tiempo cambie]

El viernes pasado (viernes 22) estuve toda la tarde paseando por M Street que viene a ser una versión pequeñita de lo que sería la Gran Vía madrileña. Puedes encontrar prácticamente cualquier tienda de ropa, zapatos y accesorios; por supuesto hay todo tipo de restaurantes y cafeterías, y no debemos olvidar las tiendas que entran en la categoría de “otros” como son por ejemplo: Body Shop, tiendas de deportes, animales, antigüedades o librerías varias. En definitiva, que en M Street hay de todo, aunque probablemente no sea el lugar más barato para ir de compras. También hay una tienda de Cupcakes (magdalenas) que no se si regala algo o está tremendamente de moda, pero las dos veces que he pasado por el local, a parte de estar abarrotado, había una cola que daba la vuelta a la esquina.

[Seguro que me estoy perdiendo algo y no me he enterado]

Después de la visita gasto-cultural a M Street, mi piso recibió su primera visita y repusimos fuerzas con una rica pizza.

[Pizza con Qursum, mi amiga pakistaní]

El plan para el resto de la noche consistía en volver al campus principal a ver una grabación para un programa de televisión que incluía audiciones para “Americas next Star”. La verdad es que debo de confesar que tenía mis dudas sobre la calidad de los aspirantes que se podrían presentar, pero hay que admitir que me llevé una grata sorpresa y las risas y el entretenimiento estuvieron presentes a lo largo de toda la velada. De hecho el ganador de la noche fue estudiante de la uni (David) y su acompañante Maxwell (un muñeco hecho de almohadas) que en realidad no hace nada más que estar sentado al lado del chico que toca la guitarra y canta canciones con letras cargadas de ironía y la verdad que como plan de viernes noche no está nada mal ya que el ganador no sólo se lleva $500 sino que los del programa enviarán su cinta a productores en Los Angeles, Tennessee y Nueva York (de aqui a la fama)

[David y Maxwell, no tienen nada en youtube lo cual es una pena porque son geniales]

Aprovecho para hacer un paréntesis ya que desde el comienzo de las clases parece que durante la semana la vida tiene una rutina y "nada" ocurre. Lo cuál es falso porque siempre ocurre algo aunque a veces no se merece un post por sí solo. Sin embargo, el martes por la noche sí que ocurrió algo fuera de lo normal y que desde luego rompió con cualquier rutina. El martes por la noche (mientras dormía) algo pasó pero ese algo hizo un ruido lo suficientemente alto como para despertarme. El ruido fue como un crujir de ramas seguido por un estrepitoso golpe sobre metal y cristales rotos. Pero estaba demasiado dormida como para reaccionar y al comprobar que al menos mi cuarto estaba intacto seguí durmiendo. A la mañana siguiente y despertada por todo tipo de ruidos de grúas y hombre trabajando, me asomo a la ventana y voilà:

[El ruido de un enorme árbol que se desplomó sobre un coche llevándose consigo la mitad del tendido eléctrico de la calle]

Volviendo al fin de semana, a este fin de semana, el viernes (29 de enero) tuvimos nuestra primera “happy hour” con la gente del master. Fue en un bar irlandés en DuPont Circle y como ya he dicho, estas cosas empiezan pronto. Nos habían citado a las 6pm, pero como buenos latinos la gran mayoría del grupo no apareció hasta las 7pm (entre esos yo) o incluso más tarde.

[De izquierda a derecha: Veritas (Taiwán), Antonella (Pouso Alegre - Brasil) y Daniela (Rio - Brasil)]

A eso de las 10pm el grupo PRCC (Public Relations & Corporate Communication) se dispersó y mi plan de la noche pasó a estar en manos del grupo de brasileros del main campus. Inicialmente íbamos a ir a un karaoke pero al parecer el sitio es de lo más popular y sin reserva no te aceptan, así que nos alejamos de DuPont, que no tiene demasiada oferta nocturna y llegamos a Adams Morgan y a la 18th Street. La 18th Street es a bares y discotecas lo que M Street a tiendas, así que estábamos definitivamente en el sitio correcto para salir de fiesta y como remedio inmediato para el frío entramos en un Hooka Café. Para los que no lo sepan, las hooka son esas “pipas de agua” árabes más conocidas en España como cachimba o narguile.

[De izquierda a derecha: Ricardo, Guillermo, Grecia, Eduardo, Maria Julia, Cata y Barbara. Todos de Brasil menos Grecia que es de México]

A eso de la 1.30 y antes de darle tiempo al cuerpo a cansarse, nos pusimos rumbo a una discoteca llamada Heaven y Hells, pero cosas de la vida. En Estados Unidos si no eres mayor de 21, te consideras un menor de edad ya que no puedes beber alcohol y en algunos locales no te permiten la entrada y para mi sorpresa, todos los componentes del grupo “brasil” eran menores de 21. Así que después de más de 20 minutos de replanteamientos de estrategia y casi una congelación total, nos dimos por rendidos y la noche se suspendió hasta nueva orden. En principio nos íbamos a volver a juntar el sábado para redimirnos, pero a la mañana siguiente todo DC se levantó con un manto blanco y las ganas de salir de fiesta quedaron literalmente congeladas.

[Vistas desde mi ventana]

Así que tras entrar en fase de hibernación, hoy (domingo) estoy surfeando la web en busca de un buen par de botas :)
-stay toon for more-

sábado, 23 de enero de 2010

Me he mudado!

Poco a poco, sin prisa pero sin pausa, a lo largo de esta semana he ido instalándome en lo que será mi casa durante el próximo año y medio. La verdad es que la mudanza fue todo un ritual lleno de etapas y pequeñas conquistas. El domingo fuimos a Ikea, el lunes me cambie de casa del chileno a casa de mi prima Sabina. El martes con los suelos de toda la casa ya instalados empecé a organizar el piso.

Igual que cuando Dios creó cielos y tierra, vio que la tierra estaba desordenada y vacía y entonces separó la luz de las tinieblas, cuando llegué, mi piso estaba vacío y desordenado y por eso lo primero en la lista fue “crear la luz”.



[Primer “mueble” de mi nueva casa “construido” por mi :)]

Una vez hubo luz, igual que los hombres de las cavernas cuya principal preocupación era conseguir alimento, me encargué de la cocina. Desafortunadamente, no pude distribuir las cosas en sus respectivos cajones y estantes ya que hasta el jueves por la mañana no venían a fumigar el piso y la cocina tenía que estar vacía hasta entonces.




 
[Puede que no la pudiera ordenar, pero mi gran amigo el microondas sí encontró su sitio]

Entre paseo de un cuarto a otro, se me ocurrió mirar por la ventana y descubrir que cerca del contenedor de basura alguien había dejado cuatro preciosas sillas abandonadas. Después volví a mirar a mí recién adquirido y vacío piso y no me lo pensé dos veces: Esas sillas tenían que ser mis nuevas sillas de comedor. Por supuesto habrá que desinfectarlas y cambiar la tela de los asientos, pero en efecto quedan muy bien en mi piso.




 [Ojo al plástico “protector”, otra costumbre muy gringa]

Tras “el robo” de las sillas, era hora de ir a clase y como todavía no tenía cama en mi piso, volví a pasar la noche en casa de Sabina. El miércoles por fin llego la cama y con ella la necesidad de ir al supermercado para oficialmente instalarme en la nueva casa. La aventura del supermercado es de lo más larga y surrealista pero a modo de resumen os diré que debido al volumen comprado, a la ausencia de coche y a la falta de un servicio de entrega a domicilio, tuve que recorrerme varias calles con el carrito del supermercado tal y como si fuera una loca sin hogar que viaja con todas sus pertenencias a cuestas. Además, por si no llamara suficientemente la atención con el traqueteo propio de un carrito a rebosar de cosas os informo que dicho carrito no era el típico de metal que hay en España. No. La “cestita” de este carrito era de plástico color “rojo intenso”. Vamos que se me podía ver y oír a varias cuadras a la redonda. Todo un espectáculo. Ah! Que no se me olvide. Si pensabais que Catalina es un nombre famoso por Catalina de Rusia, de Siena y tantas otras Catalinas importantes, os cuento que en Estados Unidos tiene una nueva acepción:



[También existe la versión Light]

Una vez superada la odisea del mercado y el carrito, había que irse a clase y a la vuelta estaba tan cansada que ni vaciar maletas ni nada. Directos a la cama, a estrenar almohadas, edredones y sábanas.



[Mi rincón favorito de toda la casa]

El jueves, llego el “exterminador” que supuestamente se encargó de aniquilar todas las cucarachas que hubiera por la casa, aunque estos bichitos son muy inteligentes y he tenido que encargarme personalmente de algunas. ¿Lo bueno? Que la cucaracha gringa no es como la española negra, redondita y crujiente en el momento de ser aplasta. Las cucarachas de este país (por suerte) son mucho más pequeñas que las europeas y de color marrón, con lo cuál aunque dan un poco de asco no es tan horrible como cruzarse con las del viejo continente. Por supuesto sobra decir que el “Raid-mata-todo” con aroma a limón se ha convertido en mi mejor amigo. Además del exterminador, vino el técnico de Comcast, mi proveedor de Internet y con ello, volvió la comunicación con el resto del mundo, el acceso a Factbook, Skype, el email y mil sitios más donde el tiempo parece que simplemente desaparece con lo cuál para cuando me quise dar cuenta, tenía clase y otro día se había volatilizado en cuestión de segundos. Llegando sin casi notarlo al viernes, día en el que oficialmente me instalé en casa ya que ayer finalmente desempaqué. No se para los chicos, pero una mujer se siente de verdad en casa cuando toda su ropa ocupa las repisas y ganchos de su armario.



[Hogar dulce hogar] 
-Stay toon for more-

martes, 19 de enero de 2010

Martin Luther King, Jr.

Puede que el título del blog se os haga raro, pero gracias a él este lunes ha sido fiesta en Estados Unidos. En realidad, a mí los puentes no me afectan demasiado ya como sólo tengo clase de martes a jueves para mí todas las semanas hay puente :P

Sin embargo gracias a él, y a la organización “American Friends” pude disfrutar de un delicioso (y gratuito) almuerzo al más puro estilo sureño. Sí, se que muchos de vosotros al intentar pensar en comida sureña sólo podéis ver la cara sonriente del señor con bigotes de Kentucky Fried Chicken, pero no os preocupéis, no vais mal encaminados. El enorme buffet empezaba con una enorme bandeja de sweet potatoes, más conocidas como batatas, seguido por un enorme bol de ensalada de patatas y una enorme olla con arroz. Creo que voy a empezar a omitir la palabra enorme puesto que en Estados Unidos todo es Extra Large pero quiero que además de los platos ya enumerados, agreguéis a la mesa una fuente tamaño US de pollo frito, otra de fríjoles, y un surtido variado de “páis” (que se escribe “pies” pero que conociendo a mis compatriotas más de uno hubiera puesto cara de susto al leer que nos daban pies para comer) No os preocupéis, no tuvimos que elegir entre pie izquierdo o derecho sino entre Pie de Chocolate, de manzana y de coco, aunque el típicamente sureño es el Pie de Pecan.

 


[Grupo en el almuerzo]

Por supuesto, se me ha olvidado contaros que el almuerzo fue en el “program room” del Leavey Center que viene a ser un edificio ENORME (si lo se, prometí no volver a usar esa palabra) donde no hay ni una sola clase y aún así, la mayor parte de la vida universitaria gira entorno a él. En el Leavey Center están todas las asociaciones de estudiantes, la tienda de libros, camisetas, gorras y sudaderas de la universidad, hay sofás y mesitas para pasar el rato, hay un Subway, un taco bell y otro sitio más de comida rápida. Creo que también está el auditorio, se que en uno de los laterales del edificio hay un hotel y un centro de convenciones ah y claro, las salas polivalentes que se prestan para diferentes actividades como nuestro almuerzo sureño. De hecho, en esa misma sala pude disfrutar del primer café internacional organizado lógicamente por la oficina para estudiantes internacionales. Para que os hagáis una idea de la magnitud de este edificio, os pongo una foto de las vistas desde una de sus ventanas.





[Y no, lo que se ve desde la ventana no es parte de la “ciudad.” Todos esos edificios (y el cementerio) son parte del campus de Georgetown]

Volviendo al almuerzo sureño, después de una explicación sobre la comida que estábamos degustando y una charla sobre Martin Luther King, pasamos a lo que resultó ser la actividad más entretenida de la tarde: Line Dancing! Para los que no sepan que es eso os lo resumo en dos palabras: Coyote Dax. 



[Hacer una línea, para después bailar sobre ella, no es tan fácil como parece y por eso tuvimos que cogernos de las manos]

En efecto, cuando nos avisaron que después de comer iba a venir un experto en line dancing para enseñarnos a movernos correctamente al ritmo de un banjo como si estuviéramos de fiesta dentro de un granero tuve mis dudas sobre el concepto “divertido” pero oye… ver para creer. Es súper divertido y aunque al principio cueste un poco coordinar los pasos en un abrir y cerrar de ojos te sientes como uno más del sur. Sin embargo, hay que aclarar que no todo el line dancing consiste en bailar en línea y según vas progresando nuevas figuras llegan a la pista de baile.



[Bailar en círculo es un nivel superior]


-stay toon for more-

viernes, 15 de enero de 2010

Choque Cultural

 ¿Nunca os habéis preguntado porque somos capaces de caminar por una calle repleta de gente y poder avanzar sin chocarnos los unos con los otros? Creo recordar que esto lo comentamos una vez en clase y la explicación se debía a la comunicación no verbal propia de la cultural. Lo cual, explicaría el porque estoy a punto de colisionar frontalmente con 1 de cada 10 personas con las que me cruzo por las calles de esta ciudad.

Todavía no he podido descifrar su forma de caminar, pero lo que sí me he dado cuenta es que mientras yo (y supongo que todos los eZpañolitos) estoy al tanto de lo que pasa al menos un par de metros delante de mi, parece que los estadounidenses (o ese 1 de cada 10 con el que casi me choco) sólo tiene bajo control el primer metro y claro, la diferencia de “perímetros” resulta en un baile de lo más curioso; mientras yo empiezo a moverme de derecha a izquierda intentando prever sus movimiento y así no chocarnos, esos de dan cuenta de mis balanceos cuando apenas queda espacio para cualquier maniobra lo que obliga a una rápido, casi imperceptible, pero incomoda parada por parte de ambas partes para determinar el nuevo camino a seguir.

En realidad esto no es lo que significa un “choque cultural” pero si lo tomamos de una forma literal, sí que hay choque entre culturas. Jajaja.

Ahora en serio, estos gringos son sorprendentes y me resulta tan curioso, porque se supone que ya conocía su cultura que ya había estado en varios campamentos de verano y que ya había viajado lo suficiente como para tener una buena idea de las diferencias entre ellos y nosotros y aún así hay cosas que no dejan de resultarme raras. Por ejemplo: es de sobra conocido que en Estados Unidos no se dan dos besos al saludar. Vale. Hasta ahí ningún problema. En Latino América se da uno, en Suiza tres y si nos ponemos, en Rusia hasta cuatro. Con lo cual se entiende perfectamente que aquí el tema “saludo” se resuelva con un cordial apretón de manos. Lo curioso es que lo de dar la mano sólo se usa la primera vez que te presentan a alguien. Cuando te cruzas con alguien que ya conoces por la calle y te detienes a conversar, no hay besos y tampoco hay mano. Sólo una distancia de “seguridad” entre ambas personas y una expresiva cara de felicidad por el casual encuentro. Raro.

Personalmente, aún no me ha ocurrido porque los poquitos amigos que tengo son todos latinos y el beso es la mejor forma de demostrar que en verdad nos alegramos de vernos, pero sí he podido presenciar ese extraño y frío rencuentro en la calle y no dejo de darle vueltas. Con lo genial que son los besos…

Otra cosas que me ha llamado bastante la atención es el gel ese transparente que se usa para limpiar las manos sin necesidad de crema. Algunos puede que lo hubieran visto antes del pánico generalizado de la gripe A, pero sin duda a partir de ese subidón alarmista de gérmenes se puso totalmente de moda o al menos esa fue la sensación que me dio en España. Aquí es más fácil conseguir ese gel que comprar chicles. Con eso digo todo. Además la gente lo usa como si de respirar se tratara. Lo se, porque den el bus de camino a la universidad, no hay viaje que alguien no lo use. Es lo que tiene utilizar una crema que huele a alcohol, la gente de alrededor no tiene grandes dificultades para identificarla. Sólo espero que en unos años se demuestre que eso de usar gel desinfectante sin aclarado sea terrible para la piel porque en este país tendrán serios problemas. Con lo sencillo que es usar jabón y agua si te sientes sucio…

Por último, no puedo terminar este post sin hacer referencia a las medicinas y el alcohol en Estados Unidos. Para los que no hayan viajado por estos lugares del planeta, sólo explicaros que lo que aquí se llama farmacia, más que farmacias son pequeños mercaditos donde en la mitad de los pasillos están dedicados a alimentos, bebidas y dulces varios y en la otra mitad encuentras todo tipo de vitaminas, aspirinas, tiritas y potitos. Si necesitas algo más serio en cuestión de medicina, debes ir al fondo del establecimiento donde sólo te atienden con receta médica y el tema de la receta es curioso, porque mientras que en España puedes comprarte unos omeprazol (antiácidos) sin problemas, aquí tienes que pasar previamente por el médico para que te los recete. Otro ejemplo que se me ocurre son los anticonceptivos. Sí, la primera vez la gente va al médico y te dicen cuales vas a tomar pero después mes a mes en la farmacia no te piden receta. Aquí sí.


Si en la farmacia teníamos comida suficiente para comprar la cena y un litro de leche, en el supermercado tenemos de todo lo imaginable, aunque supongo que nada que no podamos encontrar ya en un Carrefour. Desde herramientas hasta decoración para los cumpleaños. Así como flores y tarjetas varias. Eso sí, no busquéis una botella de vino para acompañar la cena porque no la encontrareis. De hecho, según me han informado, son pocos los super que tengan cervezas en sus estanterías. Al parecer, para comprar cualquier tipo de bebidas alcohólicas toca ir a una licorería. Me pregunto si esa costumbre deriva de la ley seca.

-stay toon for more-

martes, 12 de enero de 2010

Welcome to DC

Bendito Jet Lag. Yo convencida de que después de dormir cual bebe 12 horas seguidas la noche del domingo lo tendría más que superado y aquí estamos: listos para enfrentarnos al segundo día en la cuidad desde las CINCO Y MEDIA de la mañana. Pero no pasa nada… el tiempo está para aprovecharlo y en vista de la maravillosa respuesta del post anterior, no hagamos esperar a los lectores y aquí va mi crónica del primer lunes por Washington.

Hay que confesar, que a pesar de haberme levantado a las 8 de la mañana y tener la firme determinación de salir corriendo a la calle a conquistar la ciudad, ayer no me lance a las calles hasta pasadas 4 horas, actualizando por Skype y teléfono a media España. Pero bueno, una vez reportada mi situación la ciudad me esperaba y tras consultar varios mapas decidí ir a ver el que sería, casi seguro, mi futuro hogar. Un piso de una habitación en Rahill Apartments en Arlington. Oficialmente Arlington, no se considera Washington DC, por eso de estar al otro lado del Potomac, pero técnicamente sí es parte de DC, por eso de tener metro y estar a pocas calles de la mismísima Casa Blanca.

Mi casita temporal esta maravillosamente situada en el downtown, lo que significa que puedes llegar rápidamente a cualquier sitio gracias a los diversos transportes. Tras convertirme en una cebolla con patas (como os conté en el post de ayer) me enfrente al frío y salí caminando hacia la parada de metro de Mc Pherson Square. Me encantan las estaciones de metro de Washington. Aunque, como es lógico, todavía no conozco todas y no se si todas son iguales, las que pude descubrir ayer sí son replicas las unas de las otras. Techos altos, con una iluminación calculada. No son ni muy oscuras, ni demasiado brillantes y aunque son de cemento, personalmente me parecen muy bonitas.



[mola el efecto de las luces, verdad?]

Llegue a mi parada de metro en cosa de 10 minutos y de camino a los apartamentos casi muero en la carretera. Tranquilos, ningún conductor agresivo intento quitarme de en medio, más bien infravaloré la poca temperatura y al no ver casi nieve a mi alrededor, me olvide de su hermano pequeño el señor hielo y decidí practicar unos pasos de baile bastantes ridículos en un cruce un tanto helado. Por suerte el equilibrio y yo no llevamos bastante bien y sólo quedo en un aviso que tendré muy en cuenta a partir de ahora. Por cierto, para los que se pregunten que tal la nieve por Washington, a pesar de la grandiosa, y muy sonada en los medios, nevada de hace unas semanas en esta ciudad ya no queda nieve. En alguna esquina oculta del sol, o en los bordes de algún parque, pero lo que es nieve para una guerra de bolas, nada de nada. Eso no quita que por las calles de Arlington te encuentres con zonas muy navideñas. 
 

[Rojo, verde y nieve… solo falta el Papá Noel]

Después de sobrevivir al hielo y no perderme por las calles del nuevo barrio, tras unos 10 minutos de caminata desde el metro llegue a Rahill Apartments. La oficina es como sacada de una película de Woody Allen no solo por la decoración, por el desorden de papeles y los curiosos personajes que la ocupan sino por todo en general. Para empezar la oficina ocupa lo que en realidad debería ser un piso de dos habitaciones, con lo cual la estructura y colocación de las mesas y puestos de trabajo es algo “original”, por otro lado se me ha olvidado contaros que los Rahill Apartments son por lo menos de 1940 y la moqueta de esa oficina debió ser lo primero que pusieron en los apartamentos. Jajaja. Después de interactuar con mis futuros “caseros” pregunté por mi futuro hogar y no hay palabras para describirlo. Bueno, si que las hay pero prefiero reservarlas para un post exclusivo con el “antes” y el “después” de mi mudanza. Sólo os adelanto que a pesar de ser más viejo que la misma ciudad de Washington, es tremendamente acogedor. Tiene mucha luz e ignorando algunos detalles como que el suelo de madera parece de cartón (han prometido poner moqueta) y que la cocina para sacada de una casita de muñecas (por tamaño y estructura) presiento que va a ser toda una experiencia y un orgullo, convertir esas cuatro paredes en mi futura casa. 
 

[Fachada de los Rahill Apartments]

Entre unas cosas y otras, el tiempo de visita en mi futura casa se me fue volando y sin darme cuenta me tuve que ir prácticamente corriendo hacia la parada del Shuttle para llegar a mi primera reunión en la universidad. De camino, pude comprobar que el barrio a pesar de ser un barrio residencial, en la vía principal tiene de todo y todo muy cerca de mi casa. Desde un Strabucks y un Domino's, hasta un sofisticado y elegante restaurante japonés enfrente del Hyatt.

Para llegar al campus principal de Georgetown (que sí esta en DC) tuvimos que cruzar el Key Bridge y me sorprendí al descubrir un Potomac prácticamente congelado.
 



[Si os fijáis bien, el palito que hay a la derecha es el Obelisco]

Una vez en el campus creo que se noto mucho que era “nueva”. Me quede boquiabierta. Lo que pueda contar en estas líneas es poco. Digamos que sólo por el hecho de caminar entre los edificios te contagia de un sentimiento estudiantil e instintivamente vuelves a tu primer día de universidad y lo mezclas con toda la información que las películas que has visto a lo largo de tu vida te han aportado sobre la universidad en Estados Unidos.
 

[La mascota de la Uni no puede faltar]

A parte del sentimiento de comunidad y la magnitud del campus, Georgetown emana elegancia. 

[Edificio “Principal” o al menos esta enfrente de uno de los accesos principales]

La reunión internacional sirvió para conocer a más novatillos y sobre todo para orientarnos en temas como móviles, bancos y alojamiento. También tuve la suerte de coincidir con una brasilera que también va a estudiar Relaciones Publicas y con la que me fui a la siguiente reunión en Clarendon. Digamos que el Campus Principal no lo voy a utilizar demasiado ya que todas nuestras clases son en un edificio en Arlington. Prometo conseguir fotos en los próximos post porque es otra cosa. Mientras el campus es claramente “universitario” el edificio de Clarendon (en Arlington) es 100% profesional y resulta la ubicación perfecta para el master. Creo que sobra decir que los masters están dirigidos a profesionales, pero no se porque no esperaba que fueran tantos los que trabajaran a tiempo completo a la vez que estudian. Supongo que porque en España los masters de esas características no se imparten durante la semana. Pero como dato os informo que de los 40 nuevos estudiantes que habíamos ayer en el edificio sólo 4 no vamos a trabajar durante el semestre. De todas maneras, los veteranos que nos atendieron en la reunión ya nos han avisado que no nos confiemos ni un día y que tendremos trabajo más que suficiente para ocupar todo nuestro tiempo. Al parecer, sólo las 4 estudiantes a tiempo completo somos las que nos hemos apuntado a tres clases, el resto de los asistentes al master son estudiantes a tiempo parcial y por lo general sólo tienen una clase ya que si se apuntan a dos les miran como personas demasiado atrevidas lo cual me intriga a la vez que emociona. ¿Tan complicado es el master? ¿tantísimo hay que trabajar? Excelente, me gustan los retos.

Por cierto, se me ha olvidado hablar sobre un mítico y tremendamente divertido tópico que hemos visto en las películas cientos de veces. La reunión de bienvenida al master fue una de esas reuniones que utiliza las pegatinas azules con nombres para identificarnos. Me encanto ese detalle. 

[¿No es demasiado gringo? jajaja]

-stay toon for more-

Rumbo a DC

Tengo taaaaantas cosas por contar que no sabría por donde empezar, o al menos eso era lo que pensaba al subirme al metro de vuelta a casa después de estar 10 horas revoloteando por mi nueva ciudad. Pero entonces mis dudas se han disipado. Me han entrado los calores, me he mareado y a punto he estado de encontrarme realmente mal y tener que dejar de caminar para simplemente concentrarme en respirar profundamente. Normal que lo de Copenhagen haya sido un fracaso. Mucho diremos que estamos preocupados por el cambio climático y aquí los yanquis se lo pasan de lujo dándole al termostato. Tal vez es porque lo tienen en Fahrenheit y no se enteran, pero presiento que voy a tener que mejorar mis técnicas para luchar contra el frío o me voy a poner mala muy pronto. El caso es que no se puede estar a -2ºC en la calle y a 38ºC dentro de cualquier sitio. Sobre todo si al revisar el tiempo por la mañana te has consagrado a la operación cebolla y has decidido ataviarte con 3 camisetas, unos legins y leotardos por debajo de la ropa "normal".

En fin, una vez superado el sofoco y ordenado un poco los pensamientos, supongo que lo más sencillo será comenzar en orden cronológico:

Lo del domingo (el viaje de ida) no pensé que fuera a ser algo tan complicado como al final resultó ser. La verdad es que por lo general suelo dormir los vuelos desde el momento de abrocharse el cinturón para el despegue hasta que todo el mundo se pone de pie compitiendo en velocidad a la hora de desembarcar, pero por algún motivo en el vuelo de ayer sólo dormí 2 de las 8 horas de viaje el cual se me hizo especialmente largo y aburrido ya que mi pantallita personalizada con capacidad para elegir hasta unas 15 películas murió al aparecer los créditos de la primera :S

Una vez llegados a Philadelphia, pensé que lo más “difícil” o “complicado” de la entrada a la gran nación de las libertades sería pasar el control de los pasaportes sin sentirte como un terrorista en potencia. Error. En realidad me hicieron sentir como una de las niñas de Obama que volvían a casa después de las vacaciones y claro, me ilusioné y caí en la trampa. Bajé la guardia y cuando me disponía a cruzar tan campantemente por la puerta de “nada que declarar” en aduanas, otro siempre amable oficial, me indica que por perteneces al vuelo de Madrid tengo que ponerme a la cola de unos 40 minutos  de largo y pasar por el control de “algo que declarar”. Esta claro que los estadounidenses no quieren que disfrutemos lejos de casa de nuestro preciado jamón, pero debo de confesar que me río de sus medidas de seguridad anti-porcina. Cuando nos pusieron a la cola de traficantes de Porky, un grupo de estudiantes detrás de mí empezó a entrar en pánico. Claro, aprovechando las navidades habían llenado sus alforjas y negando las preguntas del formulario de aduanas ya se veían en la cárcel. Concretamente uno de ellos que transportaba un rico kilo de jamón Serrano, estuvo a puntito de confesarse culpable y entregarse a las autoridades sino hubiera sido por la presión y la malicia del grupo. El típico “si nos pillan nos lo comemos”  sonó tantas veces en los eternos 40 minutos de cola que mis tripas empezaron a bailar de contento dando por hecho que al final se descubriría el pastel y tocaría repartir. Pero no. Mucho rayos X y scanner polémico pero el kilito de Jabugo paso sin ningún problema y mis papilas gustativas se quedaron con las ganas. Una vez superada la odisea de los trapicheos gastronómicos, los españoles nos dividimos en nuestras diferentes conexiones aéreas y parecía que por fin volvíamos a ser ciudadanos normales. Hasta que giramos una esquina y nos encontramos con otra eterna cola. Al principio no entendíamos bien para que hasta que poco a poco y muy lentamente fuimos llegando a su final para descubrir que los líquidos, que no habíamos tenido ocasión de adquirir, seguían sin estar permitidos. Afortunadamente tenía tres horas desde que aterricé hasta que salió mi vuelo rumbo a Washington y sólo tuve que esperar 15 minutos para embarcar. (Nota resumen importante para futuros viajeros: las conexiones con mucho tiempo)

Superados todos los controles imaginables, el vuelo a DC no duro ni una partida en la DS; tras 25 minutos en el aire el capital avisa que vamos a aterrizar y diez minutos después tocamos tierra. El resto de la noche afortunadamente transcurrió sin grandes sobresaltos pero el jet lag hizo tal mella en mi organismo que para cuando llegue a mi casa de adopción todo a mí alrededor daba vueltas a una velocidad preocupante y la cabeza amenazaba con inmolarse. Por suerte, nada como un delicioso sofá en casa de un amable chileno para recuperarse.

Por cierto, mi casa acogida o alojamiento temporal (como prefiráis) es una maravilla y está a la orden para cualquier amiga (lo siento chicos pero mi anfitrión está soltero y hemos acordado que no puede desaprovechar ninguna oportunidad) jajajaja. Para los que aún no sepan del tema "sofá prestado", gracias a una iniciativa de la oficina Internacional de la universidad, durante los primeros días me estoy quedando en casa de un chico chileno que se llama Juan Guillermo. Es tremendamente simpático y amable. Supongo que es el gen latino, pero aunque apenas nos conocemos, es como quedarse en casa de un viejo amigo. Las conversaciones son espontáneas y muy divertidas (nada como los cotilleos y romances para unir a la gente)

Creo que por el momento hay información más que suficiente sobre mis primeras horas en suelo deEstados Unidos. La verdad es que me he excedido un poco pero espero que al menos os haya entretenido ;) Prometo postear mañana con fotos y un resumen de lo que he hecho hoy, lo cual incluye primer paseo en metro, visita de la que será mi futura casa y por supuesto primera reunión informativa en la universidad.


-stay toon for more-