Bendito Jet Lag. Yo convencida de que después de dormir cual bebe 12 horas seguidas la noche del domingo lo tendría más que superado y aquí estamos: listos para enfrentarnos al segundo día en la cuidad desde las CINCO Y MEDIA de la mañana. Pero no pasa nada… el tiempo está para aprovecharlo y en vista de la maravillosa respuesta del post anterior, no hagamos esperar a los lectores y aquí va mi crónica del primer lunes por Washington.
Hay que confesar, que a pesar de haberme levantado a las 8 de la mañana y tener la firme determinación de salir corriendo a la calle a conquistar la ciudad, ayer no me lance a las calles hasta pasadas 4 horas, actualizando por Skype y teléfono a media España. Pero bueno, una vez reportada mi situación la ciudad me esperaba y tras consultar varios mapas decidí ir a ver el que sería, casi seguro, mi futuro hogar. Un piso de una habitación en Rahill Apartments en Arlington. Oficialmente Arlington, no se considera Washington DC, por eso de estar al otro lado del Potomac, pero técnicamente sí es parte de DC, por eso de tener metro y estar a pocas calles de la mismísima Casa Blanca.
Mi casita temporal esta maravillosamente situada en el downtown, lo que significa que puedes llegar rápidamente a cualquier sitio gracias a los diversos transportes. Tras convertirme en una cebolla con patas (como os conté en el post de ayer) me enfrente al frío y salí caminando hacia la parada de metro de Mc Pherson Square. Me encantan las estaciones de metro de Washington. Aunque, como es lógico, todavía no conozco todas y no se si todas son iguales, las que pude descubrir ayer sí son replicas las unas de las otras. Techos altos, con una iluminación calculada. No son ni muy oscuras, ni demasiado brillantes y aunque son de cemento, personalmente me parecen muy bonitas.
Hay que confesar, que a pesar de haberme levantado a las 8 de la mañana y tener la firme determinación de salir corriendo a la calle a conquistar la ciudad, ayer no me lance a las calles hasta pasadas 4 horas, actualizando por Skype y teléfono a media España. Pero bueno, una vez reportada mi situación la ciudad me esperaba y tras consultar varios mapas decidí ir a ver el que sería, casi seguro, mi futuro hogar. Un piso de una habitación en Rahill Apartments en Arlington. Oficialmente Arlington, no se considera Washington DC, por eso de estar al otro lado del Potomac, pero técnicamente sí es parte de DC, por eso de tener metro y estar a pocas calles de la mismísima Casa Blanca.
Mi casita temporal esta maravillosamente situada en el downtown, lo que significa que puedes llegar rápidamente a cualquier sitio gracias a los diversos transportes. Tras convertirme en una cebolla con patas (como os conté en el post de ayer) me enfrente al frío y salí caminando hacia la parada de metro de Mc Pherson Square. Me encantan las estaciones de metro de Washington. Aunque, como es lógico, todavía no conozco todas y no se si todas son iguales, las que pude descubrir ayer sí son replicas las unas de las otras. Techos altos, con una iluminación calculada. No son ni muy oscuras, ni demasiado brillantes y aunque son de cemento, personalmente me parecen muy bonitas.
[mola el efecto de las luces, verdad?]
Llegue a mi parada de metro en cosa de 10 minutos y de camino a los apartamentos casi muero en la carretera. Tranquilos, ningún conductor agresivo intento quitarme de en medio, más bien infravaloré la poca temperatura y al no ver casi nieve a mi alrededor, me olvide de su hermano pequeño el señor hielo y decidí practicar unos pasos de baile bastantes ridículos en un cruce un tanto helado. Por suerte el equilibrio y yo no llevamos bastante bien y sólo quedo en un aviso que tendré muy en cuenta a partir de ahora. Por cierto, para los que se pregunten que tal la nieve por Washington, a pesar de la grandiosa, y muy sonada en los medios, nevada de hace unas semanas en esta ciudad ya no queda nieve. En alguna esquina oculta del sol, o en los bordes de algún parque, pero lo que es nieve para una guerra de bolas, nada de nada. Eso no quita que por las calles de Arlington te encuentres con zonas muy navideñas.
Llegue a mi parada de metro en cosa de 10 minutos y de camino a los apartamentos casi muero en la carretera. Tranquilos, ningún conductor agresivo intento quitarme de en medio, más bien infravaloré la poca temperatura y al no ver casi nieve a mi alrededor, me olvide de su hermano pequeño el señor hielo y decidí practicar unos pasos de baile bastantes ridículos en un cruce un tanto helado. Por suerte el equilibrio y yo no llevamos bastante bien y sólo quedo en un aviso que tendré muy en cuenta a partir de ahora. Por cierto, para los que se pregunten que tal la nieve por Washington, a pesar de la grandiosa, y muy sonada en los medios, nevada de hace unas semanas en esta ciudad ya no queda nieve. En alguna esquina oculta del sol, o en los bordes de algún parque, pero lo que es nieve para una guerra de bolas, nada de nada. Eso no quita que por las calles de Arlington te encuentres con zonas muy navideñas.
[Rojo, verde y nieve… solo falta el Papá Noel]
Después de sobrevivir al hielo y no perderme por las calles del nuevo barrio, tras unos 10 minutos de caminata desde el metro llegue a Rahill Apartments. La oficina es como sacada de una película de Woody Allen no solo por la decoración, por el desorden de papeles y los curiosos personajes que la ocupan sino por todo en general. Para empezar la oficina ocupa lo que en realidad debería ser un piso de dos habitaciones, con lo cual la estructura y colocación de las mesas y puestos de trabajo es algo “original”, por otro lado se me ha olvidado contaros que los Rahill Apartments son por lo menos de 1940 y la moqueta de esa oficina debió ser lo primero que pusieron en los apartamentos. Jajaja. Después de interactuar con mis futuros “caseros” pregunté por mi futuro hogar y no hay palabras para describirlo. Bueno, si que las hay pero prefiero reservarlas para un post exclusivo con el “antes” y el “después” de mi mudanza. Sólo os adelanto que a pesar de ser más viejo que la misma ciudad de Washington, es tremendamente acogedor. Tiene mucha luz e ignorando algunos detalles como que el suelo de madera parece de cartón (han prometido poner moqueta) y que la cocina para sacada de una casita de muñecas (por tamaño y estructura) presiento que va a ser toda una experiencia y un orgullo, convertir esas cuatro paredes en mi futura casa.
Después de sobrevivir al hielo y no perderme por las calles del nuevo barrio, tras unos 10 minutos de caminata desde el metro llegue a Rahill Apartments. La oficina es como sacada de una película de Woody Allen no solo por la decoración, por el desorden de papeles y los curiosos personajes que la ocupan sino por todo en general. Para empezar la oficina ocupa lo que en realidad debería ser un piso de dos habitaciones, con lo cual la estructura y colocación de las mesas y puestos de trabajo es algo “original”, por otro lado se me ha olvidado contaros que los Rahill Apartments son por lo menos de 1940 y la moqueta de esa oficina debió ser lo primero que pusieron en los apartamentos. Jajaja. Después de interactuar con mis futuros “caseros” pregunté por mi futuro hogar y no hay palabras para describirlo. Bueno, si que las hay pero prefiero reservarlas para un post exclusivo con el “antes” y el “después” de mi mudanza. Sólo os adelanto que a pesar de ser más viejo que la misma ciudad de Washington, es tremendamente acogedor. Tiene mucha luz e ignorando algunos detalles como que el suelo de madera parece de cartón (han prometido poner moqueta) y que la cocina para sacada de una casita de muñecas (por tamaño y estructura) presiento que va a ser toda una experiencia y un orgullo, convertir esas cuatro paredes en mi futura casa.
[Fachada de los Rahill Apartments]
Entre unas cosas y otras, el tiempo de visita en mi futura casa se me fue volando y sin darme cuenta me tuve que ir prácticamente corriendo hacia la parada del Shuttle para llegar a mi primera reunión en la universidad. De camino, pude comprobar que el barrio a pesar de ser un barrio residencial, en la vía principal tiene de todo y todo muy cerca de mi casa. Desde un Strabucks y un Domino's, hasta un sofisticado y elegante restaurante japonés enfrente del Hyatt.
Para llegar al campus principal de Georgetown (que sí esta en DC) tuvimos que cruzar el Key Bridge y me sorprendí al descubrir un Potomac prácticamente congelado.
Entre unas cosas y otras, el tiempo de visita en mi futura casa se me fue volando y sin darme cuenta me tuve que ir prácticamente corriendo hacia la parada del Shuttle para llegar a mi primera reunión en la universidad. De camino, pude comprobar que el barrio a pesar de ser un barrio residencial, en la vía principal tiene de todo y todo muy cerca de mi casa. Desde un Strabucks y un Domino's, hasta un sofisticado y elegante restaurante japonés enfrente del Hyatt.
Para llegar al campus principal de Georgetown (que sí esta en DC) tuvimos que cruzar el Key Bridge y me sorprendí al descubrir un Potomac prácticamente congelado.
[Si os fijáis bien, el palito que hay a la derecha es el Obelisco]
Una vez en el campus creo que se noto mucho que era “nueva”. Me quede boquiabierta. Lo que pueda contar en estas líneas es poco. Digamos que sólo por el hecho de caminar entre los edificios te contagia de un sentimiento estudiantil e instintivamente vuelves a tu primer día de universidad y lo mezclas con toda la información que las películas que has visto a lo largo de tu vida te han aportado sobre la universidad en Estados Unidos.
Una vez en el campus creo que se noto mucho que era “nueva”. Me quede boquiabierta. Lo que pueda contar en estas líneas es poco. Digamos que sólo por el hecho de caminar entre los edificios te contagia de un sentimiento estudiantil e instintivamente vuelves a tu primer día de universidad y lo mezclas con toda la información que las películas que has visto a lo largo de tu vida te han aportado sobre la universidad en Estados Unidos.
[La mascota de la Uni no puede faltar]
A parte del sentimiento de comunidad y la magnitud del campus, Georgetown emana elegancia.
A parte del sentimiento de comunidad y la magnitud del campus, Georgetown emana elegancia.
[Edificio “Principal” o al menos esta enfrente de uno de los accesos principales]
La reunión internacional sirvió para conocer a más novatillos y sobre todo para orientarnos en temas como móviles, bancos y alojamiento. También tuve la suerte de coincidir con una brasilera que también va a estudiar Relaciones Publicas y con la que me fui a la siguiente reunión en Clarendon. Digamos que el Campus Principal no lo voy a utilizar demasiado ya que todas nuestras clases son en un edificio en Arlington. Prometo conseguir fotos en los próximos post porque es otra cosa. Mientras el campus es claramente “universitario” el edificio de Clarendon (en Arlington) es 100% profesional y resulta la ubicación perfecta para el master. Creo que sobra decir que los masters están dirigidos a profesionales, pero no se porque no esperaba que fueran tantos los que trabajaran a tiempo completo a la vez que estudian. Supongo que porque en España los masters de esas características no se imparten durante la semana. Pero como dato os informo que de los 40 nuevos estudiantes que habíamos ayer en el edificio sólo 4 no vamos a trabajar durante el semestre. De todas maneras, los veteranos que nos atendieron en la reunión ya nos han avisado que no nos confiemos ni un día y que tendremos trabajo más que suficiente para ocupar todo nuestro tiempo. Al parecer, sólo las 4 estudiantes a tiempo completo somos las que nos hemos apuntado a tres clases, el resto de los asistentes al master son estudiantes a tiempo parcial y por lo general sólo tienen una clase ya que si se apuntan a dos les miran como personas demasiado atrevidas lo cual me intriga a la vez que emociona. ¿Tan complicado es el master? ¿tantísimo hay que trabajar? Excelente, me gustan los retos.
Por cierto, se me ha olvidado hablar sobre un mítico y tremendamente divertido tópico que hemos visto en las películas cientos de veces. La reunión de bienvenida al master fue una de esas reuniones que utiliza las pegatinas azules con nombres para identificarnos. Me encanto ese detalle.
La reunión internacional sirvió para conocer a más novatillos y sobre todo para orientarnos en temas como móviles, bancos y alojamiento. También tuve la suerte de coincidir con una brasilera que también va a estudiar Relaciones Publicas y con la que me fui a la siguiente reunión en Clarendon. Digamos que el Campus Principal no lo voy a utilizar demasiado ya que todas nuestras clases son en un edificio en Arlington. Prometo conseguir fotos en los próximos post porque es otra cosa. Mientras el campus es claramente “universitario” el edificio de Clarendon (en Arlington) es 100% profesional y resulta la ubicación perfecta para el master. Creo que sobra decir que los masters están dirigidos a profesionales, pero no se porque no esperaba que fueran tantos los que trabajaran a tiempo completo a la vez que estudian. Supongo que porque en España los masters de esas características no se imparten durante la semana. Pero como dato os informo que de los 40 nuevos estudiantes que habíamos ayer en el edificio sólo 4 no vamos a trabajar durante el semestre. De todas maneras, los veteranos que nos atendieron en la reunión ya nos han avisado que no nos confiemos ni un día y que tendremos trabajo más que suficiente para ocupar todo nuestro tiempo. Al parecer, sólo las 4 estudiantes a tiempo completo somos las que nos hemos apuntado a tres clases, el resto de los asistentes al master son estudiantes a tiempo parcial y por lo general sólo tienen una clase ya que si se apuntan a dos les miran como personas demasiado atrevidas lo cual me intriga a la vez que emociona. ¿Tan complicado es el master? ¿tantísimo hay que trabajar? Excelente, me gustan los retos.
Por cierto, se me ha olvidado hablar sobre un mítico y tremendamente divertido tópico que hemos visto en las películas cientos de veces. La reunión de bienvenida al master fue una de esas reuniones que utiliza las pegatinas azules con nombres para identificarnos. Me encanto ese detalle.
[¿No es demasiado gringo? jajaja]
-stay toon for more-
muy guapo catas o "CAT" de catalufa?? jaja
ResponderEliminarCrone
http://artesinpapeles.wordpress.com/
Muy bueno el bodegón navideño, con tres charcos de nieve, una planta medio verde y tres moribundas flores rojas...al mejor estilo post crisis económica...
ResponderEliminarNo has estado nunca en Bilbao Cat??? Los metros de Washington DC y Bilbao son clavaditos... hasta en la tarificación!!
ResponderEliminarcat!!!I miss you....!!!ya veo q mal no te lo estas pasando....q envidia...cuentame mas cositas q me encanta...!!!
ResponderEliminarte quiero blackie!!
Domino's pizza y starbucks viva tu dieta depurativa!!!!
ResponderEliminar